A diario tenemos de media unos 60.000 pensamientos, por lo que no es de extrañar que muchos de ellos sean pensamientos negativos. No hay de que preocuparse ya que muchas veces dichos pensamientos no son más que la consecuencia y el reflejo de una sociedad en la que las cosas no siempre salen como queremos y nos gustaría, por lo que hay nada de malo en ello ni tiene porque existir un problema psicológico.

Sin embargo, hay situaciones en la que dichos pensamientos, negativos y que generan malestar, pasan a ser parte del problema. Esto es lo que coloquialmente conocemos como entrar en bucle o darle vueltas a las cosas, es en este momento cuando pasan a ser pensamientos intrusos, que nos sobrevienen sin saber muy bien por qué y nos generan malestar.

Como siempre, si consideras que los pensamientos negativos son muy frecuentes y te resulta imposible afrontarlos o tienes dificultades para gestionar tus emociones y los pensamientos asociados, la mejor opción es solicitar la ayuda de un profesional de la psicología, ya que no hace falta haber desarrollado un problema psicológico para beneficiarse del apoyo de un profesional, el cual puede diseñar un programa adaptado a tus características y necesidades a la par que supervisa todo el proceso.

Dicho esto, si consideras que el malestar generado por los pensamientos no constituye una problemática que requiera asistencia psicológica puedes optar por incluir algunos de estos cambios en tu día a día.

 

1. No te prohíbas los pensamientos negativos

La mayoría de las veces, cuanto más intentamos no hacer algo más probable es que caigamos en ello y, al mismo tiempo, si nos convertimos en nuestro propio policía, podemos predisponernos a atraer pensamientos a los que no les prestaríamos atención, entre ellos aquellos que queremos evitar. Por lo tanto, la mejor opción es dejar que estos pensamientos ocurran, sin posponerlos y cohibirlos, darles la importancia que merecen y pasar a el siguiente.

 

2.Conoce tus sentimientos y entiéndete

Es muy importante saber que situaciones o pensamientos nos generan ansiedad, tratar de comprender y cuestionar por qué y para qué surgen estos pensamientos puede ser una gran herramienta para restarle poder a estos pensamientos.

No prejuzgues tus pensamientos y trata de afrontarlos como lo haría una persona desde fuera, cuestiona su veracidad y busca si existen explicaciones alternativas.

 

3. Fomentar la higiene del sueño

El momento el día en el que más pensamientos de este tipo suelen aparecer es a la hora de conciliar el sueño, por lo que es muy importante que evitemos los estímulos extrasensoriales que puedan perturbar o causar estragos en nuestro sueño como los ruidos, las luces, la temperatura, así como generar una rutina estructurada y estable del sueño.  Si nos metemos en la cama y notamos que no podemos dormir lo más recomendable es salir de la cama y realizar actividades relajantes que no requieran activación física o cognitiva.

 

4. Aprende a parar los pensamientos

Es muy importante saber parar, cuando notes que la ansiedad, la frustración o los pensamientos negativos, poder realizar actividades como hacer deporte, leer, meditar, etc. pueden ayudar a redirigir los pensamientos. No enfoque esto como tiempo perdido sino como una forma de estar más centrado y que te permitirá rendir más y mejor.

 

5. Lleva un estilo de vida saludable

Un buen estado físico predispone a sufrir menos problemas de salud, tanto mental como psicológica. Comer bien, hacer deporte y mantener una rutina puede marcar la diferencia.