Como todos los miércoles hemos acudido a los micrófonos de la cadena ser con nuestra particular escuela de padres y madres para hablar en espacio de Ser Social sobre la importancia que tiene saber decir No a nuestros hijos e hijas.

Hoy en día debido al tipo de vida que llevamos y la dificultad que nos supone conciliar nuestras jornadas laborales con nuestra vida familiar y en especial con nuestros hijos e hijas, nos resulta muy difícil pasar tiempo de calidad con ellas y ellos, por eso intentamos reducir y evitar los conflictos, para que el poco tiempo que pasamos en familia no sea discutiendo, enfadados o con rabietas a la par que tratamos de rellenar ese vacío con cosas materiales, juguetes, videoconsolas, premios… ¿Realmente nuestros hijos e hijas necesitan todas estas cosas para ser felices y desarrollarse adecuadamente?

Las necesidades Básicas según indicó Abraham Maslow, psicólogo estadounidense, referente de la psicología humanista pueden representarse en forma de pirámide, de forma que necesitamos tener cubierto un estrato para poder acceder al siguiente estrato así bien en orden de prioridad se situarían de la siguiente forma:

Fisiología>Seguridad>Afiliación>Autoestima>Autorrealización

Quedando representado de esta manera:

Pero hay una cosa que se nos olvida, el No educa y marca los límites y aunque a corto plazo nos pueda resultar que nuestros hijos sufren y nos gustaría darles todo lo que piden no podemos olvidar que a lo largo de su vida no va a ser así, que ni se puede ni se vale todo y que la mayor parte de las veces a lo largo de sus vidas que pidan algo les dirán que no y es nuestra labor como padres y madres educarles para que eso no genere en ello más frustración de la normal y deseable.

En la actualidad las relaciones paterno-filiales han pasado de la verticalidad absoluta, en la que los padres mandan y los hijos obedecen sin justificación y con una jerarquía marcada a un modelo más horizontal en el que los padres funcionan como amigos situados al mismo nivel con los que se puede hablar y justificar las cosas.

Ahora bien, la forma en que eduquemos a nuestras hijas e hijos depende de cómo hayamos sido educados, si bien lo recomendable es encontrar el punto optimo entre autoritarismo y permisividad. Los padres y madres autoritarios ordenan y no atienden a las necesidades emocionales de sus hijos e hijas, generando sumisión más que obediencia lo cual les convertirá en adultos con baja autoestima. Por el contrario parte tenemos a los padres permisivos que se preocupan por la esfera emocional pero no establecen límites ni normas, resultando en niños tiranos que carecen de autocontrol.

Por tanto las normas son necesarias puesto que:

-Generan un modelo de conducta.

-Les protege de los peligros

-Si no hay límites surgen niños tiranos

-sirven de guía para enfrentarse a situaciones novedosas.

Ahora bien, a la hora de crear normas debemos tener en cuenta la edad de nuestros hijos y sus capacidades, esto quiere decir que al principio no pueden ser muchas, deben ser breves y concisas y siempre razonadas y argumentadas, de forma que quede constancia de las consecuencias en caso de transgredirlas. Y en caso de que no se cumplan las consecuencias deben ser coherentes y consecuentes, esto quiere decir que los castigos deben ser proporcionales y mantenerse, ya que en caso contrario producirán el efecto contrario y maleducarán.

Aitor Jiménez, Psicólogo  de Alganda Servicios Sociales.

nº de colegiado CM2704